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¿Por qué tenemos miedo a invertir nuestro dinero?
😰 Para muchos, eso de invertir es algo que parece que está fuera del alcance.
No solo por la dificultad de acceso, porque ahora es quizá un tiempo inmejorable por la evolución que ha tenido la industria financiera. Ni por el desconocimiento, porque hay varias opciones para formarse, leyendo estas ediciones por ejemplo. Lo es por el respeto que da usar nuestros ahorros en productos financieros. Bueno, más que respeto, me mojo y le voy a llamar miedo.
Esto viene de nuestro cerebro, de los sesgos cognitivos. Como aquí no hablo muy muy técnico, te lo explicaré entendiendo que al invertir estamos «gastando» dinero en algo que, usualmente, no vemos el retorno al momento y eso nos genera desconfianza y rechazo. Piénsalo, cuando vas a comprar al supermercado, o a una tienda de ropa y gastas, lo más normal es que te lleves algo a cambio ipso-facto.
Además, no sé muy bien por qué, pero en España eso de invertir es algo que se ve como muy elitista, como que no estamos preparados para hacer uso de esa herramienta. Supongo que se deberá a la falta de enseñanza financiera en escuelas e institutos, o de la asunción de que para invertir hay que ser rico… y, por supuesto, los ricos son malos. Otro día hablamos de cuál es nuestra relación con el dinero, da para ‘Tema de la semana’. 🤓
—— Alerta, te doy la turra ——
Vayamos mejor por el camino de los sesgos cognitivos que te comentaba antes y la economía conductual. 1.000 euros son 1.000 euros, ¿verdad? Hayan salido del cobro de tu nómina, te haya tocado la lotería, te los hayan regalado o te los hayas encontrado en un sobre por la calle.
Bien, pues así debería ser en teoría, pero no lo es en la práctica. El cerebro humano utiliza sesgos para valorar de forma distinta a la hora de gastarlo, dependiendo de dónde provenga y de cómo se haya obtenido. Un estudio de Thaler (paper denso, español) que le puso en camino del premio Nobel, nos indica que por ejemplo, si nos ha costado esfuerzo o dedicación obtener el dinero, nuestro cerebro le dará mayor valor y somos más conservadores a la hora de invertirlo o gastarlo; en el caso contrario, nos generará mejor preocupación y somos más propensos a usarlo.
Por otro lado, está el sesgo de la aversión a la pérdida, o también llamado «más vale pájaro en mano» aunque esté esquelético y medio moribundo. Aquí Kahneman y Tversky expusieron a través de la teoría prospectiva que las personas tienen aversión al riesgo para las ganancias (no quieren asumir riesgo para obtener ganancias) y aceptan riesgo para las pérdidas.
Te pongo un pequeño ejercicio para explicarlo mejor. ¿Cuál elegirías?
100% de probabilidad de perder 80 euros.
80% de probabilidad de perder 100 euros, y 20% de no perder nada.
Elige antes de seguir leyendo.
La mayoría de personas prefiere la segunda opción, arriesgar más aunque se pueda perder más, porque existe una pequeña probabilidad de no perder nada.
Resumiendo: nos afectan mucho más las pérdidas que las ganancias.
Así que prefieres dejar tus ahorros sin rentabilidad, sabiendo que están perdiendo valor debido a la inflación, antes que asumir el riesgo de invertir en otros productos que podrían dar más rentabilidad.
—— Fin de la turra ——
¿Y si le damos la vuelta y usamos el conocimiento y la ciencia matemática para salvar nuestro dinero? Como si fueran los escudos de energía de las naves del espacio, la inversión nos protege ante agresiones externas. 🤓🛸
Si dejas tu dinero sin invertir tienes:
100% de posibilidades de perder poder adquisitivo a diario por culpa de la inflación.
100% de posibilidades de que te sirva para menos por culpa de los impuestos en lo que compres (porque van a ir subiendo con el tiempo, ¿alguna vez viste el IRPF o el IVA en su conjunto bajar? 😏).
Muchísimas posibilidades de que tu banco te cobre comisiones por tenerlo en la cuenta si la cantidad es significativa. Se suma a las anteriores.
Hoy en día es muy sencillo mover tu money. Ahí va un consejo para batir a tu miedo: ¿por qué no te lanzas con una cantidad pequeñísima? Algún fondo indexado que te permita adquirir una participación desde 100 euros, algún ETF mundial desde 500 o 1.000 euros… ¿Quizá alguna acción suelta de tu empresa favorita? (mejor americana en mi opinión).
En estos casos de ejemplo, la aversión a la pérdida es mínima, pues está muy controlada, y ya has metido el piececito para ver la temperatura del agua. Win-win. Lo de menos es la rentabilidad.
Me gustaría saber, para poder orientar mejor las siguientes ediciones, ¿qué es lo que te impide a ti empezar a invertir?