Pedir un préstamo de consumo
🙏 Necesidad de dinero con el que no contamos en ese momento, y aunque sabemos la diferencia entre las deudas buenas y malas, al final pedimos un préstamo. ¿Pero siempre es la mejor solución?
¿Has pedido alguna vez un préstamo? Es muy probable que sí, si englobamos la hipoteca, el crédito del coche, etc. y quizá sepas que existen otro tipo de préstamos que son los de consumo (o préstamos al consumo, o préstamo personal): suelen ser de cuantía moderada, con un tipo de interés más elevado y con condiciones más relajadas que los de otro tipo.
Ahora bien, reflexionemos, ¿tiene sentido pedir este tipo de financiación?
Pues como todo, depende, aunque se me hace complicado defender su uso fuera de algo muy puntual. Veamos algunos casos comunes y cómo podríamos solucionarlo sin pedir dinero prestado:
Me han llegado los recibos del seguro del coche, basuras y el segundo pago del IRPF, todo junto: Son gastos recurrentes, y por lo tanto, previsibles. En vez de pedir prestado dinero para tener que devolverlo después con intereses, los podría haber previsto usando un presupuesto anual y haber guardado poco a poco cada mes el total del importe.
Quiero irme de vacaciones: Si no he ahorrado anteriormente puede ser por dos motivos, por falta de previsión o por vivir por encima de mis posibilidades. Las opciones que veo son claras: guardar poco a poco para las vacaciones, o dejarlas para el año que viene si he hecho los deberes.
Ha llegado Navidad y quiero hacer regalos: Caso más común de lo que pensamos (¿te has preguntado alguna vez por qué las «pagas extras» son en junio y diciembre? Vacaciones y Navidad). Las opciones son de nuevo ahorrar para ello con anterioridad, hacer regalos más económicos o regalar a menos personas, incluso optar por regalos que no tengan valor económico pero sí sentimental o de experiencia (algo hecho con mis propias manos, etc.). Pro-tip: no temas decirle a tu/s pequeño/s que este año no vas muy bien de dinero y que únicamente podrá/n tener un regalo; les dirás la verdad y la agradecerán, a la vez que entenderán un nuevo significado de la economía y del esfuerzo que requiere conseguirla… y sin haber abierto un libro.
Y podría seguir con muchos más ejemplos (arreglo inesperado del coche, los libros y uniforme de los niños, el mantenimiento de la caldera…) pero no quiero aburrirte.
Personalmente veo el crédito al consumo un error financiero grave. Como habrás podido comprobar casi todos los casos pueden solucionarse con una buena previsión anual de nuestros gastos (por cierto, estoy trabajando en algo sobre eso), por lo que no es necesario llegar a ese punto.
Si ya estamos metidos en ello, ¿cómo pongo remedio lo antes posible para salir?
Lo primero, pagando la deuda del préstamo en cuanto puedas. Te evitará hacer la bola de nieve con los intereses que debes pagar, pero sobre todo te dará tranquilidad de mente estar de nuevo en la casilla de salida sin nada a deber.
Después creando de una vez por todas un fondo de emergencia. Cuando las cosas van mal dadas es cuando te alegrarás de tener tu propio dinero para solucionarlo. +7 puntos de descanso por las noches.
Y mientras tanto aprovecha para pensar a futuro. ¿El año que viene querrás irte de vacaciones? Necesitarás X dinero. ¿Tendrás que pagar el IBI, IRPF, comunidad, seguros, colegio, etc.? Necesitarás Y dinero. ¿Querrás cambiarte de coche? Debes contar con Z dinero.
Hablando de pensar a futuro… ese suele ser uno de los problemas más importantes.
Generalizando, ¿por qué nos da tanta pereza reflexionar sobre lo que va a venir? ¿Será porque «ya tenemos suficientes problemas» en el día a día que no queremos más? Si fuera por eso sería poco inteligente, pues al final van a venir… y encima de imprevisto.
Una vez conocí a alguien que tenía problemas de dinero. Como a mí siempre me ha gustado «este rollo» me confesó que tenía deudas y no sabía como salir… que no tenía muchas eso sí, pero que tenía miedo que la cosa se le fuera de las manos.
Lo que no sabía es que ya se le había ido. Mi primera pregunta fue si gastaba más de lo que ganaba o podía pagar los gastos corrientes mensuales. Como diría un ni-ni (ya nadie usa esa expresión, ¿verdad?) la respuesta me dejó to’ loco.
No solo no supo responderme verbalmente, sino que con un gesto me lo dijo todo: abrió un cajón y de él sacó unos sobres, se trataban de facturas de luz, gas y algo más. Me dijo que como no podía pagarlas las metía directamente en el cajón.
Las ocultaba para no verlas.
Las olvidaba.
Visto desde fuera… ¿Puede haber algo más torpe que eso? Ni siquiera era consciente del problema que eso generaría a corto plazo. La Marta del futuro (vamos a llamarla Marta) ya se encargaría.
Da que pensar, porque es posible que nosotros mismos actuemos de forma parecida cuando no planeamos nuestras finanzas personales a futuro.
Aunque siempre hay un momento adecuado para cambiar. ¿Será este? 🙂
BONUS: ¿Has oído hablar de los microcréditos o sucedáneos? ¿Los de «hasta 1.000 € gratis» o lo que sea? Pues huye de ellos como yo de ver Telecinco. Son estafas encubiertas que se aprovechan de necesidades urgentes, su interés total puede ser del 22.000%. Recomendación: comprueba siempre la TAE del dinero prestado, nunca confíes en otros datos que se inventen.