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De primeras estos días tenemos a familia en casa, bueno, son amigos de hace años, así que es lo mismo. Luego vendrán las fiestas navideñas donde seremos nosotros los que viajaremos y, el fin de fiesta, el famoso vuelo de mi mai viniendo a casa para fin de año. Digo famoso porque algunos de vosotros me habéis preguntado por privado que si ya había conseguido los billetes… pues sí, y con maletas. Yeah.
Un mes con actividad, esta sí, de la que me encanta. 🥰
Ahondando un poco más, no debería descubrirte nada nuevo si te digo que todo esto puede poner patas arriba cualquier plan (de cualquier tipo) que hubieras hecho. Abrazar la incertidumbre, como diría Taleb, nos hace más fuertes, renueva nuestra sensación de sentirnos vivos, pero eso no tiene por qué significar que a partir de ahora transformemos nuestros días en un caos absoluto.
No en vano, en ocasiones las cosas van como van. A veces «Alemania es Alemania» como diría Rajoy y, por mucho que nos esforcemos, el camino se tuerce dirección a la ciudad de Regulinchi. Si se da el caso, tenemos una herramienta para volver a encauzar el rumbo, llamada el margen de seguridad.
Sigue conmigo que te cuento de qué va con una historia corta.
El margen de seguridad
Allá en el siglo pasado, cuando yo cursaba lo que se llamaba el bachillerato tecnológico de la LOGSE (alerta: viejuno detected), en clase de estructuras metálicas nos introdujeron el concepto de margen de error.
Nos explicaban que cuando se hace un puente, lo primero es hacer pruebas al terreno donde quieres construirlo, para encontrar por ejemplo que por su composición aguantaría unos 5.000 kilos por metro cuadrado. Aunque, como no podemos saber lo que se oculta a más profundidad dentro de La Tierra, el valor real podría ir entre 2.500 y 10.000 kg/m² (basado en estudios anteriores de ingenieros alrededor del mundo). Es por eso que se debe diseñar ese puente lo suficientemente fuerte para que pueda sobrevivir incluso en un terreno de 2.500 kg/m².
Si continúas haciendo cálculos, acabarás con una lista más y más larga de márgenes de error, con lo que puedes seguir adaptando el diseño para hacerlos encajar todos. Al final, si usas el número más pesimista en todos los esos cálculos, acabarás con un puente más fuerte que el vinagre. Pero también más caro que el palacio de Buckingham con todo lo que tiene dentro, porque habrás hecho un ejercicio de sobreingeniería.
Por otro lado, si diseñas el puente para que aguante exactamente el nivel de estrés y ni un kilo más, se desmoronará en cuanto ocurra algo inesperado. En este caso se trata de ¿subingeniería?, ¿infraingeniería?, como sea, es fácil ver por qué es peligroso.
En algún lugar está el punto intermedio donde, estadísticamente, es extraordinariamente seguro sin ser tan caro como el diseño lo-aguanta-todo-incluso-un-misil-nuclear.
Cómo me gustaban esas clases del instituto. Las de gimnasia tampoco estaban mal. 🏋️
Pero siguiendo con el tema, así como los puentes, me gusta prepararme para lo que está por venir con un enfoque de, al menos, un 50% de margen de seguridad. En mi experiencia, la vida moderna funciona mejor de esta manera, la verdad. Siendo más concreto, en lo que respecta a las finanzas, encuentra la forma de vivir con no más del 50% de tus ingresos recurrentes y deja suficiente tiempo para el aprendizaje libre y nuevas experiencias que te enriquezcan. Así es como lo hicimos nosotros (+ la suerte, yo siempre añado la suerte).
Si eso significa que tienes que vivir con tus padres, u otra familia, o compartiendo inicialmente casa con otras personas, pues que así sea. De esta forma, el 50% que has ido ahorrando e invirtiendo, empezará rápidamente a dar sus frutos y a añadir más ingresos a tu cuenta. Haciendo las cosas bien, con el tiempo, todo se consigue. Y el margen de seguridad seguirá siempre ahí contigo, previniendo desastres financieros para los que quizá no tenías un plan concreto.
El margen de seguridad también aplica a otros ámbitos de incertidumbre como si comprar o no una casa, si dejar el trabajo por cuenta ajena para emprender o si tener un segundo hijo o no.
Espero que se entienda la idea y te haga reflexionar… a favor o en contra, pero no te cierres a darle una vuelta. Al final yo solo te cuento lo que nosotros hacemos y lo que nos ha funcionado. 🤞
Atrévete a dejar tu opinión.
Enlaces que ayudan
Una colección de enlaces que pienso que vale la pena compartir
Tim Urban: Inside the mind of a master procrastinator — Probablemente sea la charla TED más famosa de la historia y también una de mis favoritas. Puntos extra si te hace reflexionar.
La cebrita — Un texto explicando la historia del peluche favorito de una niña. Si tienes bebés/niños te identificarás completamente. Qué fácil es ser padre… ¿Verdad?
Acciones sintéticas — La optimización fiscal es tan importante como las inversiones en sí. Si tus conocimientos son un poco más avanzados, el uso de las opciones sobre acciones bursátiles pueden ser muy ventajosas para tu patrimonio. Súper bien explicado. Si tienes dudas puedes compartir tu opinión.