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El cubo de la mediocridad
🦀 Cuando en 2016 la vida me llevó a aceptar un trabajo en México, fue la primera vez que la escuché.
Al parecer es una historia muy extendida entre su gente y, como supe más adelante, no es exclusiva del país norteamericano. Se trata del dilema de los cangrejos dentro de un cubo.
Por si no has escuchado la historia, te la cuento brevemente. Mil perdones si no es exactamente como esté escrita por ahí, pero así es como la recuerdo.
🪣 Imagina un cubo lleno de cangrejos. Muy probablemente no hayan llegado allí por propia voluntad y estén en esa situación a la fuerza; digamos que alguien ha decidido ponerlos allí (para luego acabar en una cazuela casi seguro) y ese es el nuevo lugar que les ha tocado.
Pero por supuesto, al no ser su hábitat natural, alguno decide ser el primero en intentar escapar del cubo, para ello no teme en usar sus habilidades prensiles y escalar hacia la libertad, pero no contaba con un detalle imposible de obviar: no está solo en el recipiente.
Tan pronto toma una situación de ventaja, otras dos, tres, cuatro pinzas le impiden el avance estirando de sus patas y resbala hasta el fondo del cubo de nuevo. Sus colegas, quizá sin malicia e incluso con el mismo objetivo que él, tiran de sus esperanzas y las derriban.
Así, tras muchos intentos con nulo éxito, ningún cangrejo será capaz de salir. Están condenados a perecer en la olla.
Eso sí, todos juntos… faltaría más.
Cuando me contaron por primera vez la historia la aplicaron a que el carácter mexicano (generalizando) siempre se tira piedras a su propio tejado y que no avanzan más como sociedad por culpa de envidias y quererse pisar los unos a los otros.
Por supuesto que (generalizando) pude comprobar que eso en alguna ocasión es de ese modo, pero en favor de aquellos conocidos chilangos que me lo contaron, diré que eso ocurre en cada uno de los países en los que he vivido.
No es para nada exclusivo de México. 🇲🇽
Aquí viene la moraleja de todo, y el sentido de este escrito pseudo-financiero:
¿Has escuchado alguna vez esa frase (quizá incluso la hayas dicho) de “para qué voy a ahorrar si la vida está para disfrutarla, no para vivir amargado”?
Y esas parecidas a:
Yo no puedo ahorrar, me es imposible.
Para lo poco que gano no vale la pena.
Yo no quiero ser el más rico del cementerio.
No invierto porque no quiero perder mi dinero.
En este país solamente ganan dinero los ladrones.
Esta es la vida que me ha tocado.
…
Identifícalos. Esos son los cangrejos.
Ellos no lo han conseguido y se han dado por vencidos, por lo que luchan ahora porque nadie más lo haga.
Sucumben al mensaje de la mediocridad y ejercen de potente altavoz.
Cuidado.
Quizá no estemos en la mejor de las situaciones posibles y tengamos nuestro propio cubo del que escapar. Y estamos leyendo estos correos cada semana para coger fuerzas e ideas para mejorar nuestro estado financiero.
Mi recomendación es que hagas oídos sordos al ruido de tu entorno, hagas tu plan financiero lo mejor que puedas/sepas y que, como un cangrejo superhéroe, salgas volando cuanto antes del cubo del status quo para encontrar un lugar mejor.
Y los demás que digan lo que quieran.
A mí antes me llamaban loco, hoy me preguntan cómo lo he hecho.
(Vaya humor reivindicativo me ha salido hoy).