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Resulta que el miércoles fui a examinarme del primer nivel oficial de portugués. Aún no te lo conté, pero desde septiembre estoy yendo a clases presenciales y esta ha sido la primera prueba para ver como va mi evolución con el idioma luso. Todo pinta que ha ido muy bien y la semana que viene tendré los resultados. 🤞
Puede parecer poco, pero oye… ¡Que estoy muy orgulloso! ¡Otra pequeña victoria para mí! 🏅
Aunque no te voy a mentir: como ya sabrás, el idioma portugués bebe directamente del latín, igual que nuestro español, el francés, el italiano o el catalán que también domino. Así que decir que ha sido un esfuerzo titánico de aprendizaje sería algo presuntuoso…
Mi orgullo va por otro lado, la verdad; no me vanaglorio por haber pasado la prueba, sino más bien por haber llegado a hacerla. Ahí te va mi razonamiento:
Con 41 años sigo teniendo muchas ganas de hacer cosas y continuar aprendiendo. Sky is the limit que dicen los anglosajones y yo todavía voy por el principio de esta trilogía. La juventud me dicen que acaba a los treinta y cinco y yo me siento de quince. Qué cosas.
Todavía recuerdo a aquella persona que con voz de ultratumba me decía a mis veintes que mi periodo lectivo estaba a punto de terminar. ¿Terminar? Terminar my ass. Porque…
¿Cuándo acaba uno de aprender?
¿Cuándo dice: «Mira, ya está, es suficiente.»?
¿Cuándo dejas de sentirte con hambre de adquirir nuevo conocimiento?
Cuando te mueres.
Entonces ahí me tienes, camina que te caminaré, orgulloso de tomar la decisión de dedicar 12 horas semanales a ir a clases de portugués. Y continuar haciéndolo semana tras semana, aunque no lo necesite, únicamente para seguir desarrollándome como persona.
De esas pequeñas cosas me siento orgulloso y eso es lo que he venido a contarte hoy.
Ojalá extraigas tus propias conclusiones de mi pequeña historia y, si te apetece convertir esto en una conversación bidireccional, más abajo tienes un botón para que pueda leerte.
10 horas semanales más
Por otro lado, he estado pensando como complicarme la vida otro poquito más 🤷♂️, así que me he puesto a reflexionar (guiño, guiño).
Si sigues estos escritos desde hace un tiempo, sabrás que una de mis fortalezas son las finanzas personales (y liderar equipos de personas, pero eso ya para otro momento). Pero claro, ser fuerte en algo no significa que lo sepas todo, ni por asomo, así que quiero seguir mejorando en ese aspecto y aprender… enseñando.
Enseñar es aprender dos veces.
Me voy a liar la manta a la cabeza y dedicaré otras diez horas cada semana a crear contenido de aprendizaje financiero, además de estos correos, para quien lo pueda necesitar.
Esto sirve como una declaración de intenciones en público y también como spoiler, un aviso de que te lo haré saber a través de tu bandeja cuando vaya liberando el conocimiento. Espero que no te lo pierdas y puedas aprovecharlo. 🙂
Enlaces que ayudan
Una colección de enlaces que pienso que vale la pena compartir
Happiness — Un corto animado sobre «la carrera de la rata» que puede dar momentos para la reflexión. Mejor evita verlo en un día gris para que así aprecies bien el mensaje y no te quedes en lo superficial. Es para adultos.
How to Restore Bitcoin Funds Using Wallet.dat File — Si, como yo, crees que tienes algún bitcóin perdido en un ordenador viejo, esta guía te ayudará a recuperarlo. Qué tiempos aquellos…
Yakisugi (焼杉) — El enlace bizarro de la semana. Para aprender a preservar la madera con un sistema japonés. Hace un tiempo que me estoy interesando en métodos de construcción e impermeabilización de los materiales. Mi cabeza, que no para. 🤷♂️